Balance provisional de la temporada 2018

Que se está haciendo mal en la lucha contra vespa velutina.

A finales de Septiembre, cuando estamos a mitad de temporada en la lucha contra vespa velutina podemos ya hacer un balance provisional de cómo está yendo la lucha, a la vez que valoramos los resultados de los nuevos equipos ensayados contra esta plaga.
Del resultado de nuestras investigaciones y ensayos de campo cada vez nos convencemos más de que hay que poner en duda la efectividad de capturar reinas en primavera.
Desde SANVE no estamos de acuerdo en la expresión popular de que una reina capturada significa un nido menos.
Creemos que esto es falso y para ello quiero compartir con todos aquellos que están luchando contra este invasor nuestros trabajos y convicciones.
Todos somos testigos al inicio de la primavera del despertar de los miles de reinas fecundadas que han permanecido invernadas desde la temporada anterior.
En esos días, que varía de unas zonas a otras según sean más frías o cálidas, se produce una pequeña invasión de velutinas que pueden ser cazadas con mucha facilidad con los atrayentes y las típicas botellas que todos conocemos.
Pasados unos días, una o dos semanas, las trampas dejan prácticamente de funcionar y también dejamos de ver velutinas en el medio.
Realmente parece que hayan desaparecido, pero lo curioso es que esto sucede tanto en zonas donde se trampea intensivamente como en otras que nadie trampea.
Lo cierto, es que todos retiramos nuestras trampas ya que a partir de ese momento cazan mucha fauna autóctona y ninguna velutina, y quedamos a la espera de su vuelta a finales de julio principios de agosto.
La pregunta es ¿qué ha sucedido esos días?
¿Por que las velutinas han desaparecido de nuestra vista tanto en zonas que se trampeó como si no?.
La respuesta es sencilla, y voy a ayudarme de un ejemplo:
Para nuestro ejemplo vamos a considerar una zona de entre un kilómetro y medio y dos kilómetros alrededor de nuestro apiario, donde el año pasado pudo haber una cantidad de entre cincuenta o cien nidos de velutina, esos nidos, el año pasado habrán liberado al medio entre veinte o veinte y cinco mil velutinas reinas que han pasado el invierno en el medio, a nuestro alrededor.
Está claro que todas esas velutinas no podrían formar nidos este año, ya que sería inviable, para ello la naturaleza ha creado un proceso de selección natural que las lleva a que entre ellas se peleen por los nidos y por el territorio, de tal manera que transcurridos esas primeras semanas, da la impresión que han desaparecido, pero no por la acción de nuestras trampas, no, Han desaparecido por la acción de la selección natural que las lleva a que en ese círculo imaginario que hemos descrito de dos kilómetros alrededor de nuestro apiario, vuelvan a quedar solo las cien velutinas encargadas de transmitir la siguiente generación y por tanto construir otros tantos nidos como el año anterior.
Por tanto ¿hemos hecho algo con nuestro trampeo? probablemente no.
Si a nuestro alrededor había veinte mil velutinas de las que solo cien van a ser suficientes para cubrir la zona, solo podríamos decir que cada velutina cazada es un nido menos, una vez que hayamos cazado las diecinueve mil nuevecientas primeras velutinas.
Mil reinas cazadas en los primeros días de febrero puede no significar nada en el número de nidos finales en la temporada.
Sin embargo na reina cazada en abril, seguro, si, es un nido menos en el medio.
A nosotros nos da la impresión de que las velutinas han desaparecido y es que en verdad cien velutinas esparcidas en esos kilómetros cuadrados, son prácticamente inapreciables y casi imposibles de ver.
Sin embargo estan ahí y visitarán nuestro apiario unas semanas después, cuando terminen su nido primario, los primeros huevos eclosionen y tengan que dar proteína a su prole.
Dificilmente las veremos en nuestros apiarios pero los visitarán cada vez más asiduamente.
Por tanto, nuestra prioridad deberá ser cazar esas cien reinas antes de que se encierren en el nido y manden a las obreras a realizar el trabajo. Matar una reina ahora, es un nido menos, matar una obrera un poco más tarde, ya no.
Pero también una vez que llegan las primeras obreras, deberemos perseguirlas y cazarlas.
Un nido que ya dispone de varias decenas de obreras, si le cazamos diez o veinte, el nido se retrasará y ralentizará su crecimiento, las nuevas larvas nacerán desnutridas y podemos incluso llevar el nido al colapso.
Esto sucede en los meses de abril, mayo, debemos recordar que en la actualidad no hacemos nada tode este tiempo, hasta bien entrado agosto, que empezamos a colocar las primeras arpas cuando vemos que la presión sobre los apiarios es insostenible.
Pero en agosto, difícilmente podemos parar ya la invasión y que los nidos logren su madurez, adelgacen nuestras colmenas y frutales y liberarán su preciada carga para el próximo año.
A partir de este razonamiento, SANVE lleva varios años trabajando y hemos desarrollado nuestros dispositivos con el fin de actuar no tanto en los primeros días de la primavera, si no un poco más tarde, en el periodo que va desde que se constituyen esas cien unidades elegidas por la selección natural, hasta que empiezan a salir las primeras obreras a realizar el trabajo de campo a sus reinas.
Para cazar esas escasas reinas hemos desarrollado las electro trampas, unos dispositivos que combina el atrayente azucarado y proteico con el arpa eléctrica.
La electro trampa tiene algunos efectos secundarios ya que caza también ejemplares de fauna autóctona, estos efectos secundarios no son muy bajos y se ven compensados por los nidos de velutina que si llega a mal lograr.
Con el objetivo de buscar una trampa totalmente selectiva a la avispa velutina hemos desarrollado la trampa DIANA, un descubrimiento que logramos a finales del año pasado y que hemos probado largamente durante esta temporada, junto con muchos colegas que nos han solicitado unidades para hacer sus pruebas.
DIANA es totalmente selectiva a la avispa velutina y puede ser instalada en el apiario junto a la piquera sin peligro alguno para la colmena ni otros insectos autóctonos que no reparan para nada en dicho artefacto.
Creemos que con una cantidad suficiente de estos dispositivos instalados en los colmenares durante toda la primavera y principios del verano podemos dar un golpe mortal a ese centenar de reinas antes que cumplan su objetivo vital.
Estamos ya preparando y desarrollando unos dispositivos DIANA totalmente revolucionarios autoabastecidos con energía solar al estilo de los farolillos de jardín para evitar el engorro de los cables por el apiario y que sean de fácil instalación y suficientemente económicos para que se puedan instalar en número suficiente para que cumplan su misión.
Si nuestras previsiones no nos fallan seremos los apicultores los que liberaremos a toda la sociedad de esta infame plaga, salvando lógicamente a nuestras abejas pero amortiguando los efectos perniciosos al conjunto de la sociedad de un insecto altamente peligroso como lo demuestran las varias víctimas mortales que llevan ocasionado.

Suscribase a nuestro lista y le informaremos de las actividades que vamos a desarrollar este invierno.